MENSAJES NUTRITIVOS
Visitar por primera vez la escuela pública Turó del Cargol en el distrito de Gràcia de Barcelona, fue descubrir un lugar lleno de calma y calidez, marcado por la luz, la amplitud y la integración de la arquitectura con la piedra de la montaña. Me encontraba en el segundo nivel de un centro educativo de ocho plantas diseñado por el estudio Brullet de Luna, donde se ubican los equipamientos principales: el gimnasio, el comedor y la cocina, además del patio deportivo. En los edificios superiores, suspendidos en la ladera y destinados a las aulas, los alumnos ya se encontraban en sus clases.
Esta primera impresión del lugar no la transmitía únicamente el espacio, sino también quienes lo habitan y lo hacen funcionar. La vida cotidiana de la escuela se nutría de gestos e iniciativas orientadas a reforzar valores compartidos y cuidar su entorno. Entre ellos surgió la propuesta de Eva, la cocinera, de decorar el comedor con un lema que invitara a reflexionar sobre el desperdicio alimentario.
El alumnado del ciclo superior, cuyo tema central del curso era la alimentación, encontró en esta propuesta una oportunidad para profundizar sobre el consumo responsable. Fue entonces cuando Georgina, la jefa de estudios, se puso en contacto conmigo para proponer transformar la idea en un proyecto artístico y de reflexión.
Creatividad en torno a la comida y la reflexión colectiva
Durante toda una semana, las tres clases de 5º y 6º de primaria trabajaron de manera conjunta en esta intervención. La primera sesión fue una introducción teórica al arte urbano, en la que se abordaron las protestas estudiantiles del Mayo del 68 en París y su influencia en otros países europeos. Se explicó cómo de estas protestas surgieron los carteles y pancartas que inspiraron el movimiento punk en los años 70, y de qué manera esta estética de protesta y la cultura visual del punk influyeron en el auge del graffiti y la cultura hip hop en los años 80, hasta llegar al nacimiento del arte urbano en Barcelona a principios de los 2000 como forma de expresión y rebeldía. Esta charla dio pie a un debate muy enriquecedor sobre las reivindicaciones y problemáticas que afectan al entorno más cercano, como la turistificación y la gentrificación del barrio la Salut debido a la cercanía del Park Güell, que recibe alrededor de 4,5 millones de visitas anuales.
A partir de ahí, la conversación se dirigió hacia cómo estas dinámicas también repercuten en la alimentación. Se habló del desperdicio alimentario, de las condiciones laborales de los agricultores locales y de la importancia de consumir productos de proximidad. Desde estas reflexiones, los alumnos crearon sus propios mensajes y demostraron gran capacidad para sintetizar conceptos de manera gráfica y escrita.
Palabras que toman forma
El lugar destinado a la intervención fue el comedor de la escuela. Allí, las únicas superficies disponibles eran una larga pared de aproximadamente un metro de altura y los pilares que soportan los frontales de hormigón del techo. Al no contar con un gran espacio para que los cerca de 90 alumnos pintaran directamente, opté por la técnica del paste-up, que permite trabajar previamente los mensajes sobre papel recortado y luego trasladarlos a los soportes mediante cola. Esta técnica es efímera, respetuosa con el entorno y menos invasiva que la pintura directa.
Los alumnos se organizaron en tres grupos para crear mensajes reivindicativos. Primero pintaban las tiras de papel con rodillos y brochas, aplicando los colores de fondo; después trasladaban el dibujo y el texto, recortando las piezas según el tamaño de cada cartel. Contamos con la colaboración de los docentes, que ayudaron a coordinar los grupos y asegurar que todo el proceso transcurriera con fluidez. Los trabajos resultantes se organizaron y clasificaron para preparar las siguientes sesiones.
Un comedor con voces propias
Durante los dos días siguientes, se realizaron las intervenciones de paste-up en el comedor. Los alumnos pegaron sus mensajes y dibujos sobre las paredes y los pilares, eligiendo los espacios según el tamaño de los papeles y los huecos disponibles, creando un gran lienzo de mensajes coloridos y llamativos. En esta fase también colaboró Inuk, el hijo de Eva que nos ayudó a coordinar la actividad. En los frontales superiores se colocaron frases y mensajes que incorporan el humor como herramienta de reivindicación.
Para finalizar el proyecto, felicité a los alumnos y reflexionamos juntos sobre el taller, valorando todo lo que habíamos creado juntos durante esos días. La implicación generosa de toda la comunidad educativa y del personal del centro hizo posible que esta experiencia resultara especialmente enriquecedora y significativa.
Acerca de este proyecto
Entidades colaboradoras
Escuela Turó del Cargol
Créditos
Fotografías: Fer Alcalá